lunes, 28 de mayo de 2012

BU

Perhaps youn found me for the first time when you were young in...

Espíritu


Para mucha gente solamente es un deporte, pero para mí es parte de mi vida. Es algo que no puede expresarse con palabras: la sensación cuando pisas el tapiz, cuando te pones el maillot, cuando coges por primera vez tu aparato,... Son cosas que hacen que se te ponga la piel de gallina y que realmente me hacen feliz. Esta sensación ha acabado hace unos meses para mí, pero siempre y cuando pueda, volveré a experimentarla. Gracias gimnasia rítmica.

martes, 15 de mayo de 2012

Perhaps


Quizás todo sea una racha de sucesos, pero últimamente estoy realmente sorprendida por las cosas que han llegado a pasar. Lo que empezó por una tontería está acabando siendo algo diario de lo que no nos podemos escapar. Cada vez coincide en más momentos, en los más oportunos, para hacerme saber que sigue ahí, que no se ha olvidado de mi y de todo lo que me rodea, y hasta que no recapacite no parará. Han sido muchas confesiones, muchas coincidencias, muchos gustos idénticos, los que nos han dado mucho que pensar en este último mes. También lo han sido las canciones y las palabras, pues sin ellas nada de esto habría comenzado. Puede que esté equivocada, que todo lo ocurrido hasta ahora haya sido un error y que todo esto sea un aviso para hacerme cambiar, pero hasta el momento solo sé que sólo, perhaps, podrá pasar algún día.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Una semana en Múnich

Hace unas semanas, forme parte del grupo realizado para el intercambio a Alemania del instituto. El viaje duró una semana completa, es decir, siete días, desde el 16 de Abril hasta el 22 de Abril. La finalidad de este intercambio era la práctica del Inglés y el saber relacionarnos e integrarnos en un grupo. Dado que la gran mayoría no sabíamos alemán,y aunque los alumnos extranjeros si se habían iniciado en nuestro idioma, nosotros debimos comunicarnos en inglés tanto con ellos como con sus familias. El lugar donde pasamos nuestra gran semana fue Múnich, y cada uno estaba con un estudiante alemán diferente.

La semana transcurrió demasiado rápido pienso, aunque se dice que cuando más te diviertes crees que el tiempo pasa mucho más rápido. Estuvimos visitando la ciudad y sus fantásticos monumentos: iglesias, castillos, ayuntamiento, palacios,... por no hablar de otra ciudad a la que también fuimos de excursión donde también visitamos los edificios más importantes. Una de las cosas que más me llamó la atención en mi estancia en Múnich fue el comportamiento de la gente. Siempre pensé que los alemanes eran personas muy serias, reservadas, totalmente distintas a nosotros; efectivamente no me equivocaba. Pero hubo una cosa que me sorprendió y que realmente admiro de esas personas. Si he aprendido una cosa en este viaje, ha sido el respeto con los demás y con la naturaleza. No he visto ciudad más cuidada que aquella: ni una pintada, ni restos orgánicos por los suelos, ni colillas, ni chicles,... era una maravilla la colaboración que hacía toda la población por mantener limpia su cuidad.

Visitamos también el museo de la prestigiosa marca de vehículos BMW y el lugar donde se celebraron los Juegos Olímpicos, sitio que me pareció increíblemente bonito por su gran mantenimiento y por todas las zonas verdes que podías encontrar en él, añadiendo el gran lago que había también. En mi caso, cerca de donde vivía mi compañera alemana, había unos grandes jardines y un palacio inmenso con un precioso lago, el cual tuve la suerte de ir a visitarlo dos o tres veces si no recuerdo mal. En aquel lago podías encontrar patos y cisnes, los cuales yo nunca había visto desde tan cerca. Con respecto a los jardines, aquello era enorme: un gran número de kilómetros repletos de bosques, los cuales me recordaban a las típicas películas de Blancanieves o la Cenicienta, y con una belleza pienso que insuperable.

El día antes de marcharnos tuve la suerte de ir a visitar un castillo que se semejaba al que aparece en la película de Harry Potter. Este castillo se situaba en un pueblecito a casi dos horas de viaje en tren, pero pensé que valía la pena ir a visitarlo. A pesar de todo lo que tuvimos que andar para poder acceder al castillo (eran cuestas enormes que costaba subir tan temprano), pienso que fue una de las cosas más bonitas que he visto en la vida: el castillo estaba en lo alto de una colina (la cual subimos), y desde allí tenías tres paisajes preciosos. Por un lado, podías ver el castillo de frente, aún en la cima de la montaña con muchos árboles alrededor; por otro lado, podías admirar las montañas un poco más lejanas que el castillo, repletas de nieve en sus cimas y con un puente que, poco después, nosotros también recorrimos; y por último, en la parte frontal, podías observar la inmensidad de todo aquel pequeño pueblo que poseía grandes terrenos y más montañas en el horizonte. En ese mismo instante una sensación de superioridad y tranquilidad me invadió, dado que muy pocas veces había experimentado estar a tanta altura para poder admirar la majestuosidad de la naturaleza que tanto rodea aquel paraje. El último día transcurrió con tranquilidad, ya que fuimos a la feria donde había una gran noria a la que desgraciadamente no pude acceder, pero poco después, cuando pensaba que ya no me había olvidado ningún monumento importante apareció ella: La Gran Bavaria. Era una escultura inmensa de una mujer que me recordaba a la estatua de la libertad en la primera ojeada que le di. Es una escultura en la que encontramos: la figura de una mujer que sostiene con un brazo levantado una corona de laurel y en la otra una espada,y un león acostado a sus pies. La verdad es que lo peor de aquello fue subir por dentro de la escultura, ya que era una escalera de caracol muy pequeña que accedía hasta la cabeza de la Bavaria, pero mi compañera alemana me dijo que merecía la pena. Y tanto. Desde la cabeza de la Bavaria podías observar todo Múnich entero, con sus monumentos y con todo, fue increíble. Poco después, un avión nos traería de vuelta a Alicante después de una semana realmente maravillosa.